yellowjackets. fantasía SCUM

 

El final de la season 3 de Yellowjackets elabora un discurso interesante sobre la motivación de Shauna, donde da la vuelta a la función adaptativa del olvido traumático. La psicología dice que este olvido nos protege contra la experiencia inasumible, pero Shauna afirma que el olvido se produce para no reconocer lo divertido que resultaba liberarse contra las limitaciones impuestas por las normas más básicas. La reflexión es interesante porque sintoniza plenamente con el arranque del manifiesto SCUM. "Vivir en esta sociedad significa, con suerte, morir de aburrimiento", afirma Valérie Solanas.

"No recordamos con claridad porque reconocemos, en el fondo, que estábamos divirtiéndonos mucho", dice Shauna. "Esa es la terrible verdad que dejamos por ahí, enterrada junto con la gente que llamamos nuestros amigos. Pero ahora todo vuelve. El peligro. La adrenalina. La persona que era entonces. No una esposa, o una madre. Yo era una guerrera. Era una jodida reina". 
 
El discurso de Shauna expone el trasfondo de Yellowjackets en lo que tiene de fantasía SCUM, revelando el espíritu de una serie que pretende jugar ambiguamente con representaciones que no dudan en explicitar límites aberrantes que incluyen el asesinato ritual para fortalecer la identidad de un grupo sectario, o la transgresión de tabúes tan fundamentales como el canibalismo.
 
"Cuando dé por el culo al sistema, saquee, separe parejas, destruya y asesine, SCUM GANARA RECLUTAS. Ese será el papel de su núcleo de élite reclutadoras; el cuerpo minoritario; el líder de las actividades (las enculadoras, saqueadoras y destructoras) y el de la élite de la élite: las asesinas", reza SCUM. Algo así asemeja la tropa adolescente de Yellowjackets.
 
Estos días se ha retirado definitivamente del mercado el libro sobre Bretón. El arte invita a reflexión sobre cualquier tipo de posición o tema, pero la diferencia entre exposición y pornografía es una cuestión de grado. De igual forma que la diferencia entre explicación y justificación puede encontrar una frontera difusa. Desde mi punto de vista, Yellowjackets explota la transgresión del tabú del canibalismo de forma pornográfica en un continuo marco de ambigüedad moral. 
 
En su comienzo, la serie jugó con la sensación de que contaba cierta historia de empoderamiento femenino, pese a que anunciaba un horizonte ominoso marcado por secretos inconfesables. Teníamos a mano la moda de la wicca entre ciertas subculturas actuales, para acompañar el relato por una senda donde los personajes han caído en la superstición, el fetichismo, la pulsión irracional e instintiva, el abandono al pensamiento mágico y el wisful thinking hasta el delirio homicida. El último capítulo muestra a una Taissa adulta comiéndose el corazón de su amada muerta para guardarla consigo para siempre. Este es el nivel de una serie que bascula entre la exposición horrorizada de estas conductas, y la invitación a la simpatía cómplice con sus protagonistas entre canciones noventeras. ¿Cabe mayor grado de disonancia?
 
Como digo, la diferencia entre exposición artística y pornografía es una cuestión de grado. Yellowjackets dice inspirarse en El señor de las moscas. Pero este clásico esquematiza la deriva irracional de los protagonistas, y la corta de raíz cuando los chavales se reencuentran por fin con una figura externa al grupo. Yellowjackets ha cruzado este rubicón en su 3ª temporada pero no ha impuesto la autoridad etic sobre la locura emic. Por el contrario, ha hecho palanca sobre este acontecimiento para redoblar su exposición de truculencias nauseabundas. 
 
El señor de las moscas hace de la Naturaleza una constante sensible y gratificante. Yellowjackets juega la baza pseudo-ecologista en su apelación a la Naturaleza salvaje, pero la falsea hipostáticamente para convertirla en diosa que pide sacrificios fuera de toda lógica. SCUM ya tiene una serie a la altura de su ideario, como otros mecanismos excesivos de la contracultura sesentera han ido encontrando su traducción en contenidos amortizables. La revolución por fin está siendo televisada. Y la paradoja reside en que su emisión expresa, sin pretenderlo, el colmo de su espíritu inmoral en lo que tiene de voluntad de poder sin contrapartida. Shauna quiere ser reina porque ella lo vale. Y esto incluye el insulto a la inteligencia.
 















 

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