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Mostrando las entradas etiquetadas como guardians

El joven rebelde como sujeto revolucionario II. Disciplinamiento psicológico y liberación de excedente

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La primera razón para justificar la ausencia de causa para la rebeldía en Rebelde sin causa, consiste en mostrar un escenario de sobreabundancia normalizada. La película retrata la llegada de un mundo donde el aumento del nivel de vida medio demuestra un reparto equitativo de la riqueza, que impone un escenario general de comodidad donde las necesidades básicas están cubiertas por el estilo de vida consumista. Por decirlo con la metáfora de Maslow, con el sistema de consumo de masas la sociedad parece haber llegado a un punto histórico donde los dos niveles básicos de su pirámide parecen asegurados. Las necesidades fisiológicas y de seguridad están por fin cubiertas por el sistema, y entonces se revela una paradoja. Lejos de completarse el resto de la pirámide armónica y progresivamente de abajo a arriba, el vértice de autorrealización adquiere un protagonismo inusitado en términos aspiracionales, interrumpiendo la dinámica de ascenso con una dialéctica de arriba a abajo que encuentra

Walkman, el superhéroe secreto del UCM IV. Rupturismo ochentero como "efecto walkman"

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La década de los 80 enmarca una época de esplendor hegemónico. Su evocación generacional por parte de quienes la recuerdan como infancia idealizada, no se debe tanto a que la infancia sea un tiempo mágico que invite generalmente a convertirla en mito. Esta evocación mítica está asentada en la posición histórica de esos años como cénit económico y cultural del proyecto capitalista impulsado por la sociedad del consumo de masas. Se trata de un proyecto que tiene su origen en la década de los 50, de cuyo aspecto como gran mito fundacional del ascenso de Estados Unidos a hegemón global, la reciente constitución de los 80 en mito participa de forma subsidiaria. Juntas, las décadas de los 50 y los 80 componen dos hitos conectados en el tiempo que suturan las heridas abiertas por las crisis de distinta naturaleza producidas en los 60 y los 70, y establecen un sentido de continuidad en la percepción de Estados Unidos como hegemón estable y legítimo durante la segunda mitad del siglo XX. Por re

Walkman, el superhéroe secreto del UCM III. Los años 80 como "Tradición Eterna"

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La relación fetichista de Quill con su walkman era como un iceberg. La base oculta de esta inmensa mole tenía que ver con la transformación en mito de esa Historia de fondo que operaba elípticamente borrando la historia de los oprimidos. En la trama de Quill, este mito se arroja sobre la década de su infancia todavía en la Tierra en los años 80. Es la última capa elusiva de nuestro esquema intrahistórico para entender, cómo, la alienación que sufre Quill,se refiere a la del individuo normativo de nuestro mundo. Convertida en una suerte de "tradición eterna", la década de los 80 es algo más que un periodo de tiempo histórico, progresivamente asentada en el imaginario actual con la rúbrica característica de un prestigio mágico de los orígenes. El éxito comercial de Stranger Things (Duffer y Duffer, 2016) ha certificado el aspecto tópico de esta mitificación ochentera. Esta mitificación se suele explicar sociológicamente por el intento de retornar al mundo feliz de la infancia,

Walkman, el superhéroe secreto del UCM II. Entretenimiento Pop o el recurso roto de una memoria imposible

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Si el fetichismo de la mercancía encerraba un misterio a juicio de Marx, la idea de intrahistoria unamuniana presenta un aspecto nebuloso. Esta confusión impide reconocer el problema al que se refieren, frente a la evidencia incontestable de lo que aparece en la versión que define normalmente nuestra realidad. En Guardians Vol.1 , lo evidente es este uso insignificante del walkman al comienzo de la historia, mientras lo nebuloso se refiere a su trasfondo nostálgico, como un misterio en el pasado de Quill que el guion irá desentrañando. La intrahistoria de esta relación entre consumidor (Quill) y  producto de consumo (walkman), apunta al misterio de la propia condición íntima del personaje, con el gran telón de fondo epocal rodeándolo como una nebulosa histórica. Basculando entre dos puntos que van desde el borrado oficial de la historia personal del oprimido al gran telón histórico de fondo mitificado por la tradición, lo intrahistórico encierra varias acepciones que, en conjunto, resp

Walkman, el superhéroe secreto del UCM I. Hacia un fetichismo intrahistórico de la mercancía

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Marx describió el fetichismo de la mercancía como algo misterioso, que escapaba al consumidor cada vez que se relacionaba con los productos. Este fetichismo tenía que ver con el aislamiento del producto respecto de las relaciones interclasistas involucradas en su proceso de fabricación material que, en cierta forma, podrían verse desde un ángulo histórico. Cada época determina las circunstancias materiales, tecnológicas, sociales, culturales y legales que permiten fabricar cualquier cosa, sea herramientas de cobre, máquinas de vapor, coches en cadena, ordenadores cuya producción queda interrumpida por la crisis de componentes, etc.  Siguiendo con esta lógica, si el fetichismo de la mercancía sería histórico en relación a la forma en que impide acceder a una realidad productiva concretada por condiciones epocales específicas, la relación fetichista con el producto impediría al consumidor percibir la Historia de la que forma parte, o mejor, la ideología de la época que conforma su propia