Walkman, el superhéroe secreto del UCM I. Hacia un fetichismo intrahistórico de la mercancía

Marx describió el fetichismo de la mercancía como algo misterioso, que escapaba al consumidor cada vez que se relacionaba con los productos. Este fetichismo tenía que ver con el aislamiento del producto respecto de las relaciones interclasistas involucradas en su proceso de fabricación material que, en cierta forma, podrían verse desde un ángulo histórico. Cada época determina las circunstancias materiales, tecnológicas, sociales, culturales y legales que permiten fabricar cualquier cosa, sea herramientas de cobre, máquinas de vapor, coches en cadena, ordenadores cuya producción queda interrumpida por la crisis de componentes, etc. 

Siguiendo con esta lógica, si el fetichismo de la mercancía sería histórico en relación a la forma en que impide acceder a una realidad productiva concretada por condiciones epocales específicas, la relación fetichista con el producto impediría al consumidor percibir la Historia de la que forma parte, o mejor, la ideología de la época que conforma su propia vida. Si el fetichismo de la mercancía contiene esta faceta histórica, el aspecto alienante del fetichismo de la mercancía se acentuaría como factor crucial de alienación personal cuando la relación fetichista con la mercancía es señaladamente nostálgica. Esto es justamente lo que le sucede a Peter Quill, por la relación sentimental que mantiene con su walkman en Guardians of the Galaxy Vol. 1 (Gunn, 2014). Y por componer la representación ficticia de este tipo de relación con un producto en el contexto de un relato tan desbordante y complejo como el UCM, la profundidad del secreto que espera tras el misterio de su relación nostálgica con el único vínculo que conserva con su planeta de origen, es insospechada hasta lo abisal.

Quill se relaciona con su walkman a sabiendas de que ese objeto pertenece a su pasado terrestre, pero esta referencia genérica está teñida por la nostalgia mitificante. Abducido a los 8 años por alienígenas, la memoria infantil que guarda de su planeta está sometida al influjo de una especie de "prestigio mágico de los orígenes", por decirlo con Mircea Eliade (1992). Esta mitificación terrestre desdibuja cualquier aspecto referido, por ejemplo, a las condiciones laborales que pudieran sufrir los trabajadores de Sony, pongamos de explotación, durante su fabricación del walkman, pero también ignora, por ejemplo, los tratados comerciales entre USA y Japón dentro de una lucha por el Mercado que obligara a forzar estas condiciones laborales para apurar el beneficio en un contexto de extrema competitividad, etc. De acuerdo al enfoque típicamente marxista, Quill es ajeno al sufrimiento y la injusticia incorporados en la materialización de su walkman, y en esta alienación alimentaría su propio sufrimiento y su propia injusticia. Pero esta ceguera constituye sólo la primera capa de lo que, por su uso fetichista del walkman, se mantiene en secreto al formar parte alegórica de un gigantesco relato de ficción, tanto más, cuanto la Infinity Saga tiene una función de revisionismo y ajuste histórico del papel de USA como hegemón global. 

En un relato de ficción con un aspecto sustancial de revisión historicista, la representación de una relación fetichista con la mercancía redobla, tanto la importancia, como la dificultad de análisis de su aspecto histórico. Así por ejemplo, desde esa borrosa memoria ajena a fenómenos culturales de la historia terrestre, Quill no sabe que cuando salta en un charco al ritmo de su walkman, espontáneamente parafrasea a Gene Kelly, o cuando mueve sus caderas, parafrasea a Elvis. Tampoco sabe que cuando se dispone a robar un preciado objeto en una suerte de antigua construcción bajo tierra, parafrasea a Indiana Jones pese a que, para cuando es abucido en 1988, ya se hubieran estrenado En busca del arca perdida (Spielberg, 1981) e Indiana Jones en el templo maldito (Spielberg, 1984). Si vio estas películas en el cine de niño como es previsible, Quill no recuerda nada.

En realidad, gracias a esta ignorancia ha superado aparentemente el trauma de resultar arrancado por la fuerza de su mundo de origen terrestre, que se confunde con el mundo simbólico de la niñez misma. Pero como desvela el transcurso de su historia, este trauma está reprimido, precisamente, por la apariencia de autosuficiencia que pone en marcha la escucha del walkman. Es decir que la relación fetichista con la mercancía expresada a través del uso difusamente nostálgico del walkman, perpetúa en su aparente manifestación de liberación y espontaneidad, la incapacidad alienante de superar el trauma.

Al comienzo de Guardians Vol.1 vemos a Quill darle al play y ponerse a bailar con despreocupación al ritmo del Come and Get Your Love de Redbone. En un flow ajeno a la letra de la canción, entre lo diegético y extradiegético, entona su ánimo con estas palabras: "Hail, qué pasa con tu cabeza", Peter. ¿"Qué pasa con tu cabeza y el signo" de nostalgia tu walkman? "Hail, a tu cabeza no le pasa nada, porque tú eres mío", perteneces al olvido "y estás bien y luces genial". ¿Cómo va a saber Quill que esos mensajes se refieren metanarrativamente al problema de su desmemoria traumática, y su relación de consumo como forma disuasoria de reprimir el recuerdo de todo lo que implica el walkman como signo de nostalgia? ¿Cómo va a saber el trasfondo inmenso de una relación fetichista con lo olvidado, si precisamente esa relación se origina y origina el olvido?

Al asomarnos brevemente a la relación de Quill con su walkman en términos de fetichismo histórico, surgen ya problemas que desbordan el aspecto lineal del realismo materialista planteado por Marx de acuerdo a las condiciones epocales en que escribió el Capital. Quill es un individuo emic en el seno del UCM, pero se despliega como una alegoría etic de carácter polisémico fuera del mismo. La música que le anima funciona diegética y extradiegéticamente, arrojando un plano de lectura metanarrativo. El walkman es un objeto común en la Tierra con cierta aura fetichista en un sentido típicamente marxista, pero definitivamente aurático en el Cosmos de ficción del UCM, en un sentido benjaminiano (Benjamin, 1989): por mucho que Quill se relacione con el walkman en términos de presencia irrepetible y exclusiva perteneciente a su mundo de origen, el acceso a ese mundo ha quedado vedado diferencialmente al margen, en una lejanía finalmente fuera de su alcance. Este mundo de origen, por lo demás, corresponde a la dimensión alegórica del walkman como signo cinematográfico en el plano etic de un análisis semiótico del UCM.

En esta serie de relaciones yuxtapuestas, la noción de historia se multiplica de lo concreto a lo abstracto, de lo material a lo simbólico, de lo real a lo ficticio, presentando al menos seis planos. 

- En primer lugar encontramos la historia de la fabricación del producto. 

- En segundo lugar la historia personal de la relación fetichista con el producto. Estos dos planos compondrían el esquema de análisis marxista tradicional al referirnos al fetichismo de la mercancía. 

- En tercer lugar encontramos la época histórica que genera las condiciones para la fabricación del producto. Este plano cerraría el enfoque marxista tradicional en términos de materialismo histórico. 

- A estos tres planos hay que sumar el despliegue de un cuarto, que surge de la representación de una relación fetichista con el walkman en un relato de ficción, y esto, en un contexto social contemporáneo dominado por el storytelling (Salmon, 2008) como paradigma comunicativo. 

- Un quinto plano se referiría a la función de reajuste histórico del UCM en relación al papel de USA como hegemón global desde la Segunda Guerra Mundial hasta la actualidad. 

- A su vez, este quinto plano contiene su propio desdoblamiento antinómico en términos ideológicos, en la medida en que esta función de reajuste se produce gracias a la capacidad del relato para combinar lo propiamente histórico con su versión mitificada. Esta Historia convertida en mito y adornada legendariamente, compondría un sexto plano.

En suma, la inmersión en una exposición del fetichismo histórico de la mercancía, por lo que se refiere a la representación de la relación de Quill con su walkman, descubre un iceberg mucho más profundo de lo esperado inicialmente tras la punta de una aparente simpleza -la de darle al play y ponerse a bailar sin llamarse a más complicación-, incluso cuando sabíamos que esta inmersión nos abocaba a la revelación de un contenido secreto. Para ayudar a aclarar este despliegue complejo de planos de lectura entre lo narrativo y lo propiamente historicista, nos serviremos de la concepción unamuniana de intrahistoria.

Benjamin, W. (1989). Discursos Interrumpidos I. Taurus.

Eliade, M. (1992). Mito y realidad. Editorial Labor.

Gunn, J. (2014). Guardians of the Galaxy [película]. Marvel Studios

Salmon, C. (2008). Storytelling. La máquina de fabricar historias y formatear las mentes. Península.

Spielberg, S. (1981). En busca del arca perdida [película]. Lucasfilms

Spielberg, S. (1984). Indiana Jones y el templo maldito [película]. Lucasfilms

 

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