Herencia y juventud de Tony Stark II. La identidad juvenil como milagro eléctrico
Tony Stark escucha Back in Black mientras cruza el desierto de Afganistán momentos antes de que una bomba cambie su vida. Tiene 38 años, pero, en su cabeza, el sonido de esa canción proyecta una imagen que lo convierte en reflejo del rockero arquetípico, instalado en una suerte de juventud eterna. Para cuando Tony escuchó Back in Black por primera vez con 10 años, Brian Johnson ya tenía 33. Angus Young andaba en los 25. Sin embargo andaba desde los 18 dándole a la guitarra como un poseso electrificado. Su traje sempiterno de colegial arrastra su imagen juvenil todavía más atrás, estancado en lo pre-púber todavía en 2022, tiene programados varios conciertos de primavera por Europa sin que el tiempo haya disuelto esa icónica imagen. El rockero convierte el estilo en arma simbólica contra el tiempo, deteniendo su paso en el punto mismo en que el rock generó el mundo tal y como lo conoce. Al fan de AC-DC, un mundo sin rock se le hace inconcebible. Es la música del diablo e imprime un cari