Thanos como esteta definitivo II. Religión de la novedad contra el progreso como hecho cierto

Thanos aparece en el mundo humano como una anomalía inesperada, radicalmente antisocial en términos civilizatorios, que aquí hemos identificado moralmente con el esteta kierkegaardiano. Thanos mostraría así un desapego de la sociedad en la que se inserta, sobrevolándola en una especie de deriva situacionista elevada a magnitudes cósmicas. También mantendría un radical derecho de autonomía para hacer valer sus actos como gesto de impugnación contra una cultura corrupta que ha terminado por desencantar el mundo. Su gusto por la performatividad irónica frente al superhéroe como agente del orden, así como su extravío definitivo rubricado por su derrota como desenlace de la Saga del Infinito, indicarían la apoteosis vanguardista de un personaje capaz de diezmar civilizaciones llamadas a morir de éxito con un solo chasquido de sus dedos. El blip de Thanos sería el urinario de Duchamp elevado a su máxima expresión. El sueño húmedo de un artista romántico en la persecución de esa edad de Oro ecosostenible que espera al final de un progreso fagocitador de la propia modernidad que lo provoca.

No obstante, la insaciable voracidad destructora de Thanos es sólo una de las caras de la moneda escatológica que anida en la voluntad del personaje. Su inminencia apocalíptica no es tanto el fin de su misión, cuanto el medio crítico para impulsar un poder de regeneración cosmogónica. La vertiente antisocial de Thanos es la antesala de su prosocialidad, de igual forma que su plan estético está solapado de un aspecto religioso desvelado progresivamente. Así, The Avengers (Whedon, 2012) presenta a Thanos como una amenaza ominosa y perversa, una inmensidad exclusivamente monstruosa que ha desatado el infierno en la Tierra con su lluvia de alienígenas sobre Nueva York, y esto es sólo la antesala de las plagas que están por venir. The Guardians of the Galaxy (Gunn, 2014) abre el zoom sobre el mundo del personaje y lo perfila como un tirano. Alguien que detenta un trono pero que insiste en situarse por encima de la mundanidad afirmando que le "aburre la política", y que cuenta con una familia a la que parece haber pervertido para involucrarla en su plan de destrucción. Age of Ultron (Whedon, 2015) muestra a Thanos tomando el guantelete para "hacer las cosas por sí mismo", es decir, para tomarse la "injusticia" por su mano en una forma muy literal. Y no es hasta Infinity War (Russo y Russo, 2018) que se nos revela en toda su extensión la misión autoimpuesta de Thanos, para dar una explicación exhaustiva al sentido moral que subyace bajo su antisocialidad aparente gratuita. Es aquí donde la originalidad destructiva de la voluntad performativizada por su chasquido, va a encajarse en un discurso de ecuanimidad compasiva perteneciente más al estadio religioso descrito por Kierkegaard que al estético.

Esta es la atrocidad que acompaña a la revelación del modus operandi de Thanos. Su sorpresiva aparición destructora es estrictamente "inmoral" en términos etimológicos, pero en un marco de dimensiones galácticas esta aparición forma parte de una "costumbre". Siguiendo la misma pista etimológica, su novedad estética encierra una ética. El seguimiento de una misión contra la evidencia del sufrimiento que provoca, alentado por una fe categórica en la necesidad de asumirla por un principio de necesidad insoslayable que la presenta como un mal menor. La arbitrariedad caprichosa del estadio estético da paso así al estadio ético, presentando al personaje comprometido en un sacrificio de sumisión autoimpuesta.  

Y es que los números no engañan. Thanos traspasa la frontera sociológica para hundir su aparente misantropía en un nivel de necesidad biológico expresado por la potencialidad radical de un gen egoísta. La vida es un fenómeno imparable que muere de éxito, y a la que, por tanto, hay que salvar de sí misma. El progreso es un fenómeno tan cierto que exige revolver excepcionalmente el poder crítico de la novedad contra sí mismo. Thanos es el Progreso porque ejerce de vanguardia contra el destino que esta anticipa como motor de progreso, en un último paso donde la linealidad histórica se transmuta en circularidad mítica expresada a modo de eterno retorno. Y es en este punto donde el estadio ético se encabalga del religioso. La peculiaridad discursiva de Thanos consiste en presentar un solapamiento de los tres estados existenciales de Kierkegaard en un personaje que, así, expresa toda la potencialidad de un romántico convertido dialécticamente en el moderno definitivo.  

El cruce sin retorno al estadio religioso consiste en sacrificar a su hija Gamora, pero ni siquiera este paso crucial conlleva ya angustia para este caballero de la fe. Conocemos a Thanos después de eones practicando su misión con un caracter reiterado de inflexible ritual automático, de forma que los procesos emocionales característicos de los estadios precedentes al religioso, han sido prácticamente agotados. El despunte emocional que aparece en su rostro cuando reconoce a Gamora que sacrificarla le costó "todo", contrasta con la inflexibilidad de su conducta en el momento del sacrificio.

 
Thanos arrastra una conciencia de culpa hereditaria que no cesa de generar sufrimiento por cada mundo que pasa, pero la conjuga con un sentimiento de compasión gracias su consecuencia lógica. La desintegración inmediata de la mitad de la población mundial producida por un chasquido, es la propia forma de erradicar el sufrimiento cierto al que se abocaría la entropía catastrófica de una superpoblación en crecimiento inexorable. Y es que Thanos sólo busca restaurar el equilibrio. Aplicar la noción de justicia al marco de una homeostasis ecológica entre el hábitat y el organismo. De esta suerte, lo que comienza como una expresión sin parangón de atrocidad moral a través del sueño más húmedamente eugenésico, termina por justificar la necesidad de superar un marco de valoración humanista por la vía ecologista. 
 
 
Como se ve, la formidable dimensión cósmica de Thanos permite vislumbrar un ética donde los límites humanistas se han disuelto contra las exigencias ecologistas de una realidad asomada al fenómeno hiperobjetual (Morton, 2013). Sin embargo, esta perspectiva ética no es tan novedosa como aparenta, sino que está profundamente enraizada en la mentalidad que Max Weber (2012) describiría como propia del espíritu capitalista ya a comienzos del siglo XX. Movido por un sentido del deber categórico que contempla el crecimiento de la riqueza como un fin en sí mismo, el capitalista arrastra una culpa hereditaria contra el propio interés humano de amortizar su esfuerzo en su traspaso genealógico. 

El espíritu del capitalista descrito por Weber no se debe a la satisfacción de traspasar la empresa a sus hijos, ni que sea por asegurar la supervivencia de su misión contra la de ellos mismos. Se debe a la misión de progreso enriquecedor como un fin en sí mismo. Con razón Gamora dice odiar el trono que le espera en función de depositaria de la misión empresarial de su padre, como que el fanatismo en que se funda esta misión la contempla como un interés particular tan comprensible en términos mundanos, como despreciable en términos trascendentales.

La misión del espíritu capitalista está concebida por un carácter antirreligioso en lo que la religión tiene de vehículo tradicionalista. Es decir que el espíritu capitalista, tal y como queda descrito por Weber, compone una fe en el progreso que tiene el potencial de devernir religión misma. El esteta sería este religioso del progreso, arrojando la novedad como arma de originalidad contra el presente para desbloquear un futuro incierto.  El esteta definitivo es el religioso del progreso regresando en un giro contra el progreso como hecho cierto, esto es, contra el cierre del progreso mismo. Thanos es este trasfondo capitalista con coartada ecológica, acaparando todo el recorrido de un discurso crítico hasta hacer valer una acumulación de poder capaz de justificar, como compasiva, la solución eugenésica.

Gunn, J. (2014). Guardians of the Galaxy [película]. Marvel Studios

Morton, T. (2013). Hyperobjects. Philosophy and Ecology after the End of the World. University of Minnesota Press.

Russo, J. y Russo, A.  (2018). Avengers Infinity War [película]. Marvel Studios 

Weber, M. (2012). La ética protestante y el espíritu del capitalismo [pdf]. Fondo de Cultura Económica 

Whedon, J. (2012). The Avengers [película]. Marvel Studios

Whedon, J. (2015). Avengers Age of Ultron [película]. Marvel Studios


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