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El final perfecto de Ozark II. Gatopardismo WASP

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Wendy Byrde simboliza, como pocos personajes, la huida adelante que acompaña al proyecto de salvación personal propio del espíritu del capitalismo weberiano. Siempre a punto de tocar con los dedos la realización definitiva del proyecto salvador, y a la vez, siempre demasiado lejos, al punto de obligar a un nuevo salto mortal que profundiza en una deriva de degradación moral. Manteniendo, no obstante, un aspecto de dignidad moral frente a la sociedad donde no se renuncia a mostrarse como referente de ejemplaridad, por mor de un sentimiento de superioridad moral que no precisa estar justificado. Wendy aparenta ser una persona señaladamente extraviada por un camino progresivamente inmoral, pero, más allá de sus circunstancias particulares, este esquema de funcionamiento compone la dialéctica general de avance promovida por las contradicciones internas del espíritu del capitalismo.  Predeterminación vs. antitradicionalismo, es la primera dicotomía que el capitalista weberiano se ve obligad

El final perfecto de Ozark I. La mayoría nunca sale de Nunca Jamás

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El desenlace de Ozark ha sido decepcionante. Se ha sentido anticlimático en un doble sentido, narrativo y moral. Y también facilón, con ese corte a negro más propio de un cliffhanger que del final de una serie que aspiraba a monumental. En realidad ese giro criminal de Jonah compone un final perfecto. Pero para considerarlo así, hay que comprender Ozark como una serie de tesis, y hacerla girar sobre un tema aparentemente menor por supuestamente superado, pero que está supurando siempre en nuestra cultura por constituir una especie de raíz envenenada. Esta raíz se refiere a la ética protestante que subyace al espíritu capitalista, y la lógica contradictoria que entraña. El debate religioso en Ozark llega de la mano del padre de Wendy, fanático religioso y profundamente hipócrita por ello, en cuyo juicio late la propia corrupción potencial de su hija como una pulsión no reconocida. Pero sobre todo, este conflicto íntimo se extiende socialmente a través del vínculo inextricable entre el c

El joven como invasor de sí mismo II. El chasquido Guggenheim

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El lugar histórico del sujeto capitalista, tal y como queda descrito por Weber, se parece bastante al del objeto artístico de vanguardia descrito por Adorno. En su vocación radicalmente antitradicionalista como figura paradójica de progreso, el objeto artístico de vanguardia y el sujeto capitalista están y no están en la sociedad de su época. Contra la importancia de la fortuna del capitalista y el valor de Mercado desorbitado de la obra de vanguardia, la verdadera razón de ser del protagonismo social de ambos reside en su espíritu desinteresado. Algo que el resto de los mortales no acertamos a entender, añadiendo al lustre artístico y empresarial una capa de misterio enigmático. Tan misteriosa que el aspecto contingente de la "fortuna" se refiere como sinónimo, al de su propia noción de "destino". El desinterés del capitalista se parece al de Thanos, razón por la que estos apuntes indagan en el trasfondo ideológico del UCM como puesta al día del discurso neoliberal

El joven como invasor de sí mismo I. El que esté libre de años que tire la primera piedra

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En el centro de la Saga del Infinito hay un nudo gordiano atado durante el lento proceso de formación histórica de nuestro mundo moderno, como un núcleo que irradia una influencia inadvertida sobre el sustrato religioso en que se cimenta el discurso capitalista. La opinión común es que este sustrato religioso es un tema superado, pero el objeto central de estos apuntes consiste en dar evidencia de lo contrario. Los apuntes de este blog tienen por objeto demostrar la expresión de este tema en el discurso del UCM, confirmando la función ideológica de la serie en la construcción de un discurso donde se presenta la última iteración del mito capitalista por antonomasia, esto es, el de estar alentado por un cierto "espíritu" donde el afan de lucro acumulativo tradicionalmente asociado al pecado de avaricia, se transmuta en colmo de la acción desinteresada pese a sostenerse en perjuicio de un reparto social igualitario. Quizás, la mejor vía para profundizar en esta contradicción con